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ENTREVISTA CON LA CIENCIA DE LA MÚSICA JANINE KRÜGER

Autor: Sonja Hausmanns

Janine Krüger ha refutado con sus investigaciones algunos mitos populares sobre el bandoneón. Ahora su libro se publica también en español. Durante la entrevista, la musicóloga revela hasta qué punto el bandoneón ha sido siempre un instrumento mundial, cómo cambió el tango y por qué puede “hablar”.

Leyendas, o: La interacción entre el concepto y la producción

Un instrumento clave para la participación cultural

Cómo llegó el tango al bandoneón

Una voz nueva: Astor Piazzolla y el “Tango Nuevo”



Leyendas, o: La interacción entre el concepto y la producción

Usted nació en Sajonia (región en Alemania), el centro de la producción del acordeón, vivió luego en Argentina y más tarde en Krefeld, la ciudad natal de Heinrich Band. ¿Todavía cree en las casualidades?
De hecho, lo pensé muchas veces y estas coincidencias son seguramente uno de los misterios más grandes de mi vida. Pero sí, sigo creyendo en las casualidades, y aquí se han juntado muchas y felices.

Con su libro sobre el bandoneón, publicado en Alemania en 2020, refuta algunas ideas equivocadas sobre el origen del instrumento. ¿Cómo ha llevado a cabo esta investigación?
Por un lado, evalué los documentos históricos y traté de situarlos en su contexto. Por otro lado, la tarea consistió en crear cronologías de los instrumentos y rastrear hasta qué punto éstas se corresponden con los anuncios publicitarios de Heinrich Band. Al mismo tiempo, consulté con fabricantes de instrumentos, quienes me enseñaron las sutilezas técnicas de este instrumento. Y en las conversaciones que mantuve con músicos que tocan el bandoneón intenté, además, indagar sobre las leyendas de este mundo. El mito de que “Heinrich Band le robó a los sajones” es una historia bonita, pero no es la verdad.

La disputa sobre la autoría sigue teniendo hasta el día de hoy un matiz emocional. ¿A qué se debe esto?
La vehemencia de las críticas me ha sorprendido. Pero esta idea popular simplemente tiene que romperse ahora. Eso lleva tiempo. La clave para entender esto mejor reside en saber distinguir entre concepto y producción. Había personas, como Heinrich Band, que tenían ideas y obras para un instrumento y que sabían exactamente que teclado iban a precisar, por ejemplo; y, por otro lado, había fabricantes de instrumentos que los fabricaban de acuerdo a ello. Esta división de tareas es completamente normal en la producción en masa de hoy en día. En cambio, la imagen que solemos tener en la cabeza es la del fabricante de violines italiano del siglo XVI, sentado solo en su cuartito, fabricando todas las partes él mismo y obteniendo al final un instrumento maravilloso.

En el caso del bandoneón, el desarrollo fue completamente diferente: Se trataba de una industria grande y compleja, que se adaptó en cada región a las distintas necesidades. En aquella época había en Krefeld una clase media en crecimiento, que buscaba un instrumento al estilo de los grandes instrumentos de salón, como el piano. Y fue Heinrich Band el que desarrolló este instrumento. En aquel momento nadie podía imaginar que su modelo, una armónica con cuatro filas de teclas en cada lado, perduraría hasta nuestros días. En definitiva, décadas después de la muerte de Band, los fabricantes sajones continuaron presentando instrumentos con tres filas como máximo. En este sentido, creo que la idea de una disputa es un invento. Pero también está claro que en la actualidad este instrumento se fabrica principalmente en Sajonia. Sin embargo, el concepto y también la voluntad de plasmarlo provinieron de Heinrich Band.

Un instrumento clave para la participación cultural

Usted describe a Heinrich Band como un actor social que ha hecho posible la participación cultural de las clases menos instruidas…
Con su historia, el propio Band se ubicaba entre los trabajadores comunes y la sociedad de salón con formación musical. El bandoneón es un buen ejemplo de cómo los instrumentos folclóricos sencillos se pueden convertir en instrumentos más elaborados. La idea es la siguiente: Tomamos algo que ya existe y lo desarrollamos técnicamente de modo que se perciba como un instrumento completo. Band tuvo mucho éxito con esto. Sucedió algo similar con la flauta traversa. Recién con el fabricante de instrumentos Böhm surgió la flauta de concierto moderna. Estos desarrollos posteriores fueron, por así decirlo, una tendencia de la época y decisivos para que un instrumento llegara a la era moderna.

¿En dónde encontramos, en este desarrollo posterior, el aspecto de la participación?
Las teclas numeradas del bandoneón atraían en especial a las personas que aún no sabían leer notas musicales. Band extendió las filas de teclas de tal manera que la gente podía hacer música sin grandes dificultades. Además, había creado una especie de abono para adaptar los éxitos de la época al bandoneón. Así, la gente que no podía ir a la ópera con regularidad tenía la oportunidad de tocar las piezas más conocidas en su casa. Sin embargo, creo que Band, que había estudiado música y daba conciertos, estaba interesado en transmitir la notación musical. Con el bandoneón, creó un acceso al aprendizaje de un instrumento y del lenguaje musical. El bandoneón era, por decirlo de manera exagerada, el tocadiscos del siglo XIX. Sin embargo, Band no fue el único, sino que siguió una tendencia de aquella época: El mercado musical de la burguesía ofertaba productos adaptados a las necesidades de la clientela nueva, es decir, para personas que querían tocar piezas populares y que necesitaban instrucciones y partituras para esto. 

Cómo llegó el tango al bandoneón

Aunque el “registro renano” fue creado por Heinrich Band, el instrumento actual de 142 tonos se estableció recién después de su muerte. ¿Cómo fue su desarrollo?
La familia Band vendía por defecto instrumentos con un máximo de 130 tonos. Otros fabricantes fueron mucho más allá de esto, adaptándose a los pedidos de los clientes. El bandoneón estándar de 144 tonos apareció inicialmente en Alemania en 1924. Sin embargo, ya existían instrumentos con 142 tonos en Argentina. Todavía no está claro, desde el punto de vista de la ciencia, por qué finalmente se impuso este número. ¿Fue por los clientes argentinos, con los que los representantes de Alemania ya entonces estaban en estrecho contacto? ¿O fue por la normativa aduanera de la época? Esta es una hipótesis bastante reciente de mi colega Maria Dunkel. Hay que tener en cuenta que el derecho de aduana se calculaba en función al número de lengüetas. Todavía no está claro hasta qué punto esto era realmente relevante desde el punto de vista económico. 

¿En qué medida el bandoneón ha estimulado el desarrollo del tango?
El tango como expresión de la identidad nacional argentina surgió recién a principios del siglo XX. Las olas migratorias de la época reunían a muchas personas y cada uno traía su herencia musical, que luego se fusionaba con las tradiciones de Buenos Aires. Las melodías de la ópera italiana, la música habanera de España o el canto improvisado sudamericano de la payada o la milonga: Con el tiempo, todas estas influencias se unieron y condensaron en el tango. A lo largo del siglo XX, se consolidó la idea de una música popular nacional. El bandoneón, por su parte, se entromete, sustituye cada vez más a la flauta, y le da al tango el timbre que hasta el día de hoy posee. El bandoneón ha dado a la Argentina, una nación joven, su voz característica, no solo por su sonido, sino también por el hecho de que puede “hablar”.

¿En qué sentido?
Con el bandoneón, o más exactamente con el fuelle, uno puede hacer que las notas mueran y revivan, y así declamar a gusto. Esto crea la impresión de un sujeto que se está expresando. Es similar al jazz, donde no se trata de tocar una melodía a la perfección, sino de expresar lo que está pasando y las emociones de quien está tocando. ¡Esto es fantástico! Sin embargo, Band no pudo prever cómo iba a ser la técnica interpretativa del tango. Su instrumento ya ofrecía estas posibilidades de expresión, pero las mismas no estaban agotadas. Recién los fabricantes de instrumentos de fines del siglo XIX perfeccionaron eso para poder satisfacer las exigencias de los clientes argentinos.

¿Así que el bandoneón fue ideado para un mercado global desde sus principios?
Totalmente. Se encontraron informes de alrededor del 1860 sobre los pedidos que se realizaban desde Argentina, Uruguay, Paraguay, Inglaterra y América del Norte. Los instrumentos musicales de Alemania eran muy populares y los acordeones, en particular, se exportaban en grandes cantidades, ya que eran fáciles de transportar.

Una voz nueva: Astor Piazzolla y el “Tango Nuevo”

Usted dijo que el bandoneón tiene “voz”, ¿hasta qué punto Astor Piazzolla lo demostró con su “Tango Nuevo”?
Piazzolla enfatizó el componente subjetivo de la música y colocó al bandoneón en primer plano como instrumento solista. Ya en los arreglos orquestales tradicionales del tango había pasajes solistas, en los que un artista podía expresar su personalidad a través de su propio fraseo. Pero Piazzolla amplió este aspecto aún más y escribió frases musicales increíblemente largas para el bandoneón. Al mismo tiempo, creó algo que está relacionado con la repetición de patrones tradicionales: Tomó partes del tango tradicional y las utilizó como fuerza impulsora y como estímulo palpitante. Piazzolla reflejaba así experiencias existenciales, desde una alegría increíble hasta una tristeza profunda. Esto hace que se pueda entender su música a nivel global, mientras que antes el tango tenía sus raíces principalmente en las ciudades portuarias de Buenos Aires y Montevideo.

En Argentina, existe una ley de protección al bandoneón para evitar que se venda en el extranjero. ¿Le gustaría que también en Alemania se apreciara más este instrumento?
Es algo que está pasando cada vez más. Habiendo superado ya la imagen negativa de los instrumentos de fuelle de la posguerra, podemos contemplar el bandoneón con una mirada nueva. Este instrumento aún está en sus comienzos, dado que tiene mucho potencial. Resulta muy adecuado para la música barroca y las interpretaciones musicales en las iglesias, por ejemplo. Me gustaría que el bandoneón saliera del rincón del tango y que se compusiera más música para este instrumento.

Sobre la persona
Janine Krüger es musicóloga y profesora. Para su tesis doctoral sobre las lecturas modernas del tango, vivió e investigó en Argentina a principios de la década del 2000. En 2007 se trasladó a Krefeld para completar su formación como profesora. En la cuna del bandoneón, la “Asociación de fomento de la Secretaría de Cultura de la ciudad de Krefeld” (Förderverein für das Kulturbüro der Stadt Krefeld e.V.) se dedica desde hace décadas a revisar la historia del bandoneón. Ésta le encargó a Janine Krüger una publicación sobre los orígenes del bandoneón en Krefeld. En colaboración con la asociación, Krüger publicó en 2020 su libro de divulgación Bandoneón. Die Reise eines Instruments aus dem niederrheinischen Krefeld in die Welt. En julio el libro se publico en español bajo el título Heinrich Band. Bandoneón: Orígenes y viajes del instrumento emblemático del Tango.